Forrest Gump (Tom Hanks) sufre desde pequeño un cierto retraso mental. A pesar de todo, gracias a su tenacidad y a su buen corazón será protagonista de acontecimientos cruciales de su país durante varias décadas. Mientras pasan por su vida multitud de cosas en su mente siempre está presente la bella Jenny (Robin Wright), su gran amor desde la infancia, que junto a su madre será la persona más importante en su vida.
Vale que Forrest es héroe de guerra, millonario, ídolo deportivo y mil cosas más, pero tampoco hace falta cebarse con él. Lo que le tiene el guionista es envidia cochina. Menos mal que el bueno de Forrest tiene una moral a prueba de bombas… y nunca mejor dicho. Cuando pierde a su “más mejor amigo Bubba” y a su mamá, ya nos echamos alguna lágrima. Pero cuando se despide de Jenny, el amor de su vida, quedamos cerca de la deshidratación.