Estaba llamada a marcar un antes y un después dentro de las adaptaciones televisivas de obras de Stephen King, pero todo quedó en agua de borrajas. Los supervivientes de una terrible plaga mundial han de decidir si elegirán el bando del bien o de mal en una batalla definitiva, cuyo desenlace decidirá el destino de la humanidad. Los seguidores del diabólico Randall Flagg planean reconstruir el mundo de acuerdo con su tenebrosa concepción del mismo. Mientras tanto, un valiente cuarteto inicia una misión heroica contra Flagg y sus secuaces. Al enfrentarse a los más increíbles peligros, arriesgarán mucho más que sus vidas en un intento desesperado de resistir y derrotar al mal. Si esto no os ha seducido, es que estáis vacíos por dentro.
Apocalipsis (The Stand), la que para muchos es la mejor obra de la gloriosa carrera de Stephen King, llegaba a nuestros hogares el pasado otoño con claras intenciones de ponerlo todo patas arriba. Argumentos no le faltaban, con Randall Flag (Alexander Skarsgard) y Abagail (Whoopi Goldberg) como las dos grandes figuras de una serie llamada a arrasar.
Lejos de fallar en ninguno de sus aspectos, por alguna razón el público descartaba darle una oportunidad a The Stand. Puede que un argumento algo confuso y embarullado tuviese la culpa de que muchos abandonasen el barco a las primeras de cambio. Vale que no era la enorme serie que todos esperábamos, pero tampoco resulta entendible un fracaso de tales proporciones. Y es que The Stand se convertía en un batacazo televisivo memorable.
A día de hoy seguimos abogando por una oportunidad para The Stand más allá de su primer episodio y salvar de la quema una serie que no merece el triste título de decepción épica.