Los niños son crueles hasta niveles inimaginables. Eso es algo que ocurre en todos los países del mundo. Afortunadamente, el paso de los años permite a muchos jovencitos víctimas de sus compañeros de clase una redención más que digna. Un buen ejemplo de ello es un Henry Cavill que, según confesaba en la revista Men´s Health, tuvo una época de instituto bastante distinta a su exitoso presente.
“Me llamaban Fat Cavill”, declaraba el actor sin ningún tipo de rubor. Lo cierto es que en su juventud, Cavill lucía una figura muy distinta a la que estamos acostumbrados a verle. Lo cierto es que, como es lógico, el intérprete no se avergüenza, pero si que afirmaba que esas palabras le hicieron “un poco más amargos” esos días.
Sea como fuere, todos esos pequeños demonios que decidieron bautizarle con el cruel mote pueden ver a “Fat Cavill” convertido en el mismísimo Superman, en un actor de éxito y en uno de los actores más deseados del planeta. Las vueltas que da la vida…