Donde esté una buena película de animales que se comen a personas, que se quite el resto. Y es que, a pesar de que parecía que era demasiado loca para triunfar, Infierno bajo el agua lo hacía por todo lo alto. Alexander Aja, el responsable de Alta tensión o Las colinas tienen ojos nos preparaba un filme, hace un par de años, que nos hacía pasarlo en grande. No es para menos, ya que Infierno bajo el agua era una gamberrada de lo más trepidante.
Una mujer (Kaya Scodelario) lucha por salvar a su padre cuando se produce en Florida un huracán de categoría 5. Sin embargo, mientras ambos tratan de huir, la tormenta les deja encerrados dentro de una casa que se inunda y en la que tendrán que hacer frente a una legión de salvajes depredadores.
¿Cocodrilos y Alexander Aja? La fórmula soñada. Infierno bajo el agua era trepidante y emocionante, con una capacidad descomunal para atraparnos. Un ejercicio cinematográfico de los que cortan la respiración y que ahora tenemos a nuestro alcance gracias a Netflix.