Ya estaba tardando en llegar la primera película sobre el COVID. Este mismo fin de semana llegaba a las carteleras de todo el mundo Inmune, una cinta que nos lleva a un futuro no muy lejano en el que el coronavirus ha ido mutando a colocar la supervivencia de la humanidad en una situación de lo más complicada. La película pretendía aprovechar el momento para meterse al público en el bolsillo. Sin embargo, ya os podemos adelantar que no hay por donde cogerla.
Atropellada, caótica, inverosímil… Nada funciona en Inmune. Da la sensación constante de que la película se ha hecho a carrera y sin ninguna clase de imaginación. Ni la historia de amor, ni todo lo que la rodea genera la mínima empatía en el espectador. Pocas cosas se salvan un filme producido por Michael Bay y que prometía muchísimo más.
¿Qué nos cuenta Inmune? Año 2024. Han pasado dos años desde que una pandemia mundial asoló el mundo. El virus COVID23 ha sufrido una nueva y peligrosa mutación con un 50% de mortalidad que obligó a los Gobiernos a ordenar un nuevo confinamiento mundial. Nico (KJ Apa) es un repartidor que ha desarrollado una poco común inmunidad al virus, lo que le permite seguir trabajando. Nico quiere estar junto a su novia Sara (Sofia Carson), pero para ello deberá superar la ley marcial y enfrentarse a gente peligrosa, poderosa y muy desesperada.