La cruel historia que perturbó para siempre la mente de Cary Grant

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El camino a la cumbre no suele ser fácil. No son pocas las ocasiones en las que hemos escuchado las historias de los grandes actores del cine y sus dificultades para lograr llegar hasta lo más alto. Por eso, la vida de Archie Leach no parecía algo tan raro. ¿No les suena el nombre? Normal, porque el bueno de Archie decidió que le sería más fácil triunfar con el nombre de Cary Grant.

Si hablamos de un jovencito que pierde a su madre durante la infancia, la cosa no parece nada de otro mundo. Si a eso le añadimos un padre alcohólico, pero amante de su hijo, la cosa ya toma tintes complicados, pero tiernos. El hecho de tener una infancia y una adolescencia duras no hicieron mella en un tipo que arrastraba el dolor del recuerdo de su madre y el ejercicio de superación para convertirse en la estrella que todos conocemos. Triste y complicado, pero moderadamente común. Pero algo ocurrió en la vida del actor que perturbó su mente para siempre.

La carrera de Cary Grant transcurría con toda la normalidad posible cuando asciendes a pasos agigantados. De hecho, el carácter del actor provocaba que su persona despertase simpatías allá por donde pasaba. Entonces, de la noche a la mañana, Cary Grant se convirtió en una persona absolutamente diferente. El intérprete desarrolló una forma de ser mucho más complicada e infinidad de problemas de carácter personal. A sus cinco matrimonios se unía relaciones homosexuales mantenidas en secreto, graves problemas con el alcohol y consumo abusivo de LSD. Todo después de una llamada de su padre que le cambiaría la vida.

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La reunión con su padre se produjo en un pub. De aquel lugar saldría un Cary Grant absolutamente diferente al hombre que entró. “Bueno, hijo, ¿te gustaría ver a tu madre?”, le preguntaba su idolatrado padre. Ahí comenzaba el relato de cómo Elias Leach decidió ingresar en una institución mental a su madre en contra de la voluntad de la mujer tras una crisis nerviosa de esta y cómo toda la familia había mantenido la mentira durante casi dos décadas. En ese momento, la relación de Grant con su padre quedaba herida de muerte. Incapaz de asimilar tales actos, el intérprete desarrollaba un odio absoluto hacia el hombre con el que mantenía una estrecha relación.

Tras encajar la noticia, Grant decidía acudir al centro psiquiátrico de Flishponds para ver a su madre. Allí se encontraría a una mujer demacrada que ni sabía cuanto tiempo había pasado allí. encerrada. Mientras Cary Grant volvía a ser el joven Archie, su madre acariciaba al niño que le arrebataron. Así, tras diecinueve años de confinamiento, la mujer era declarada oficialmente sana. Pese a que el mundo le devolvió a su madre, Cary Grant nunca supo perdonar a una familia que le había mentido, ni asimilar algo que provocaría una inestabilidad perpetua en su carácter y en su mente.