Es increíble como las cosas pueden cambiarlo todo en un instante. Pese a que Stuart Townsend todavía no lo sabía, estaba ante el gran papel de su vida. Peter Jackson le había elegido como su Aragorn para El Señor de los Anillos. Todavía no tenía 30 años y estaba en la que, a la postre, se convertiría en una de las trilogías más exitosas de la historia del cine. Un fenómeno que se llevaría a casa 17 Oscars.
“Diferencias creativas”. Esa fue la excusa esgrimida para el despido de Townsend. Lo cierto es que, quienes conocen más a fondo la historia, hablan de un fuerte intercambio de opiniones entre actor y director. El cast de la película se había cerrado unos meses antes de comenzar el rodaje. Todos los intérpretes habían dispuesto del tiempo necesario para preparar el papel. Stuart Townsend llegaba al set y rodaba la primera escena prevista. El actor daba vida a Aragorn en la secuencia de La Comunidad del Anillo en la que se enfrentaba a los Nazgul en la Cima de los Vientos. Sería su primera y última secuencia en la piel del famoso personaje.
“Estuve dos meses practicando para el papel y, de repente, el mismo día en el que comienza el rodaje me echan sin indemnización. Decían que había incumplido el contrato por trabajar demasiado poco. Luego resulta que le dieron el papel a un tío 20 años mayor que yo (Viggo Mortensen) que tuvo dos días para trabajar el personaje”, declaraba un despechado Stuart Townsend.
Sea como fuere, lo que está claro es que la carrera de Viggo Mortensen se disparaba. Aragorn le convertía en una de las grandes estrellas del cine. Mientras tanto, Stuart Townsend caía en el olvido. ¿Cómo habrían sido las cosas si no le hubiesen despedido? Nunca lo sabremos.