Es de tal tamaño el catálogo de Netflix que a veces se nos escapan algunas joyas que no deberían. La tormenta de constantes estrenos termina abrumándonos, hasta el punto de que no son pocas las ocasiones en las que no sabemos ni qué ver. Ahí toca sentarse con serenidad y tener la amplitud de miras suficiente como para dejarse arrastrar por Bloodline, una de las series más brillantes y desconocidas del catálogo de Netflix.
Los secretos y cicatrices de una familia de hermanos adultos saldrán a la luz cuando la oveja negra de la familia vuelve a casa. Los Rayburn regentan un hotel en Florida Keys. Cuando Danny, el hijo mayor y más problemático de la familia regresa a casa para el aniversario de sus padres, rápidamente causará problemas en la familia que intenta esconder e ignorar un pasado oscuro.
Kyle Chandler, Ben Mendelsohn, Sissi Spacek o Sam Shepard son algunos de los sensacionales rostros de una serie magníficamente interpretada y con el empaque suficiente como para ser considerada una de las mejores ficciones de Netflix. Cada paso de las múltiples y atractivas tramas de Bloodline nos va atrapando de forma irremediable, logrando que nuestro afán por saber más y más aumente con cada episodio. Pocas veces disfrutaras más que con esta joya de 3 temporadas y 33 episodios memorables.