Tal era el calibre del fenómeno que hoy, dos años después de su final, todavía es capaz de provocar incendios. Sin lugar a dudas, el éxito de Juego de Tronos es incomparable al de cualquier otra ficción televisiva. Durante ocho temporadas, la serie de la HBO iba sumando millones de adeptos hasta convertirse casi en una religión.
Una década ha pasado desde aquel 2011 en el que el primer episodio de Juego de Tronos veía la luz. Un aniversario que ha servido para que muchos la recuerden, pero también para que emerjan por doquier detractores de su polémico final. “Winter is coming”, era el texto que publicaba el Twitter oficial de la serie. Un texto sin mucho más, pero que pronto se convertía en tendencia a consecuencia de la ola de criticas generada.
Por extraño que parezca, miles de fans decidían despacharse a gusto de nuevo contra la octava temporada. Una polémica tanda final de episodios que abría una herida todavía sin cicatrizar, visto lo visto. Y es que muchos exigen incluso disculpas por parte de los responsables de la serie para darle una oportunidad a los diversos spin-off que ya están en marcha. Juego de Tronos nunca dejará de levantar pasiones.