Verano, calor, película de tiburones… Ahora sí que empieza a dar la sensación de que la normalidad ha vuelto. Tras más de un año de pandemia de coronavirus, las buenas noticias se multiplican. L mundo parece querer girar de nuevo como lo hacía un par de años atrás. Un impulso que empezamos a paladear gracias a películas como Tiburón Blanco.
Una escapada en hidroavión a la Gran Barrera de Coral australiana se convierte en una pesadilla para un grupo de jóvenes cuando son atacados por un gigantesco tiburón blanco. Varado en alta mar sobre un frágil bote salvavidas, el grupo tendrá que usar todo su ingenio para resistir a la monstruosa amenaza que les acecha bajo el agua.
No es la octava maravilla del mundo y tampoco se puede decir que resulte innovadora dentro del subgénero, pero lo que también resulta incuestionable es que la hora y media que dura Tiburón Blanco lo pasamos en grande. Trepidante de principio a fin, pocos planes se nos ocurren mejor para celebrar la llegada del calor que plantarnos hoy mismo en las salas de cine a disfrutar de una película de tiburones.