Ni en sus mejores sueños pensaban en Netflix que la cosa les iba a salir tan bien. A pesar de nacer con la intención de ofrecernos una única temporada, el exitazo inesperado provocaba que la compañía le diese luz verde a una nueva tanda de episodios. Algo de lo más normal, ya que el fenómeno de Los Bridgerton ha sido de tal calibre que ya es la serie más vista de la historia de Netflix.
La segunda temporada esta en marcha, así como una precuela centrada en una joven reina Charlotte, pero ahí no acaba la cosa. La intención no es otra que la de aprovechar al máximo el tiron de Los Bridgerton durante los próximos años, hasta el punto de que Netflix ha confirmado ya que la exitosa serie tendrá, como mínimo, cuatro temporadas. Un ambicioso plan que tiene toda la pinta de ser la punta de un iceberg mucho mayor. Y es que el universo de Los Bridgerton podría extenderse con ramificaciones de muy diversos tipos.
¿De qué va Los Bridgerton? Los Bridgerton comienza en 1813 en Londres con Daphne Bridgerton (Phoebe Dynevor), la hija mayor de la poderosa familia Bridgerton, en su debut en el competitivo mercado matrimonial de la Regencia londinense. Con el ánimo de seguir los pasos de sus padres y encontrar el verdadero amor, las perspectivas de Daphne parecen inicialmente esperanzadoras. Pero todo empieza a desmoronarse cuando sale a la luz un diario repleto de escándalos sobre la alta sociedad escrito por la misteriosa Lady Whistledown que lanza calumnias sobre Daphne. La entrada en escena del rebelde Duque de Hastings (Regé-Jean Page), el soltero más deseado de la temporada, supone una válvula de escape para ambos, cuando deciden aliarse en una creciente batalla de ingenio para eludir las expectativas sociales sobre su futuro.