No es normal encontrarse casos así. La vida de las series televisivas suele quedar marcada con la primera temporada o, con suerte, la segunda. Cuando un producto no despunta entre crítica o público, lo normal es que acabe criando malvas a la primera de cambio. Sin embargo, New Amsterdam es todo un ejemplo de supervivencia más allá de las reglas de la física.
El New Amsterdam se encuentra en una mala situación tanto económica como de reputación. Esto cambiará con la llegada del Dr. Max Goodwin, el nuevo director médico que se propone romper con la burocracia y brindar una atención excepcional. Él no acepta un “no” por respuesta y demostrará que no se detendrá ante nada para dar una nueva vida al hospital, el único en el mundo capaz de tratar a pacientes con ébola y aceptar bajo el mismo techo tanto a presidiarios como al Presidente de Estados Unidos.
Tras dos temporadas en el alambre, la serie está arrasando desde su estreno en Netflix. Un protagonista de métodos poco ortodóxos y un acercamiento al mundo sanitario poco usual han hecho de New Ámsterdam un auténtico exitazo. Y es que en estos tiempos que corren, su discurso motivacional esta calando de forma espectacular. Un fenómeno en toda regla que lleva meses entre lo más visto de Netflix a nivel mundial. Ver para creer.