Parece que todo empezó en 1993, cuando Steven Spielberg decidió montar un parque de dinosaurios y enamorarnos para siempre con Jurassic Park. Sin embargo, la mítica cinta lo que vino a hacer fue regar un terreno sembrado años antes. Y es que ya éramos unos dinoadictos gracias a En busca del valle encantado.
En el año 1988 descubríamos esta auténtica joya de la animación con la que los ochenteros iniciamos nuestro idilio con las prehistóricas criaturas. Una hermosa historia atemporal con la que conocimos al inolvidable Piecito.
Un clásico de la animación en toda regla. La película narra las aventuras de unos pequeños dinosaurios en su viaje por alcanzar el Gran Valle, el único sitio de la tierra que todavía no ha sido alcanzado por una plaga devastadora.
No hacen falta más que 70 minutos para que En busca del valle encantado sea auténtica leyenda. Una película encantadora y hermosa, pero también oscura y triste en muchos de sus pasajes. La inolvidable banda sonora de James Horner contribuía en gran medida a ello. Y es que En Busca del valle encantado suena a nostalgia pura. Todavía hoy se nos pone un nudo en el estómago al recordar lo maravillosa que era esta historia de pequeños dinosaurios creciendo de golpe y porrazo en un mundo hostil. Una cinta que, a día de hoy, se considera, con todo merecimiento, de lo mejor que ha dado jamás el mundo de la animación. Sencillamente inolvidable.