Ya les sale bien hasta lo inexplicable. Puede que sea su poder dentro de millones de hogares o sus poderosas campañas promocionales, pero lo que esta claro es que en Netflix convierten en oro casi todo lo que tocan. De hecho, hasta son capaces de arrasar con productos de calidad más que discutible. No es la primera vez que la plataforma de streaming consigue petarlo con películas o series que son tirando a flojitas. Algo que vuelve a ocurrir estos días con Disomnia.
Tras un suceso global repentino que acaba con todos los dispositivos electrónicos y con la capacidad para dormir de la humanidad, el caos comienza a consumir el mundo rápidamente. Solo Jill, una ex soldado con un pasado problemático, podría tener la clave de la cura en su propia hija. La cuestión es ¿podrá Jill entregar a su hija de manera segura y salvar al mundo antes de que ella misma pierda la cabeza?
Con esa pandemia mundial de insomnio, hace días que Disomnia se plantaba entre lo más visto de Netflix. Sin embargo, cada vez resulta más difícil de entender. La sensación durante el poco más de hora y media de metraje es la de que estamos viendo replicado en pantalla algo que ya hemos visto un millón de veces. De hecho, esta suerte de thriller con aires de ciencia-ficción ni se acerca a las mejores producciones del género, con un desarrollo errático y plagado de lugares comunes.
A pesar de dejarnos algunas secuencias trepidantes, nada es suficiente para salvar de la quema Disomnia, la pobre película que arrasa.
Lo único que pude concluir, es que Netflix desaprovecho una gran oportunidad con una excelente idea, porque la plasmó pero de la peor manera posible.