Steven Spielberg es uno de los más grandes directores de la historia del cine. Te caiga bien o mal, lo que resulta indiscutible es que la aportación del director en los últimos 40 años encuentra pocas comparaciones desde el nacimiento del séptimo arte. Lo realmente maravilloso de este tipo es que, independientemente del género abordado, el resultado suele ser una obra maestra. Así, el responsable de E.T., Indiana Jones o Jurassic Park también es capaz de noquearnos con El color Púrpura, La lista de Schindler o Salvar al soldado Ryan.
Efectivamente, de la cámara de Spielberg pueden salir los instantes más dulces o los más crueles. De hecho, en Salvar al Soldado Ryan nos encontramos una de las secuencias más sobrecogedoras que jamás hemos visto.
A pesar de que no son pocas las crueldades de la guerra mostradas por la cinta de Spielberg, la muerte del soldado Mellish (Adam Goldberg) tras una dura lucha con el alemán que acaba clavándole el cuchillo lentamente en el corazón resulta extremadamente hiriente para cualquier espectador. Probablemente estemos ante el mejor filme bélico de la historia, lo que se debe a momentos como este.