Iba para estrella, pero se quedo en el camino. Todo apuntaba a que el nombre de Josh Harnett estaba llamado a encabezar los repartos más importantes de los próximos años, pero el actor se cansó de Hollywood y de la fama. El protagonista de Pearl Harbour, El Caso Slevin o Black Hawk Derribado lo tenía todo en su mano. Guapo, con talento y un de un magnetismo indiscutible, los grandes directores llamaban a su puerta constantemente. Parecía imposible que nada pudiese salir mal…
No estaba cómodo con su estatus de estrella. Josh Hartnett no terminaba de sentirse cómodo en el centro de todos los focos. Ello le llevaba rechazaba unos cuantos papeles enormes de forma sucesiva. De hecho, no dudó en declinar la oferta de Christopher Nolan para convertirse en el Bruce Wayne de Batman Begins. Una decisión de la que posteriormente confesaba arrepentirse.
A día de hoy, resulta casi imposible encontrarse al actor en algún proyecto interesante. Más allá de esa joya televisiva de Penny Dreadfull (injustamente cancelada), cada nueva película a la que se suma Josh Hartnett es más irrelevante que la anterior. Ha dejado pasar los años que deberían haber servido para su consagración. Ahora es un tipo en los 40 al que Hollywood no parece dispuesto a perdonar el desplante de haber rechazado la oportunidad que le brindaba.