Bienvenidos a uno de los grandes milagros televisivos del año. Mientras todos volcamos nuestras miradas hacia producciones de gran calibre, a veces nos encontramos con que una ficción televisiva llega sin hacer ruido para aceptarnos un sopapo en toda regla. Por suerte, El juego del calamar no se ha perdido en la infinita parrilla de Netflix y el público se ha dado cuenta muy pronto de la maravilla pero se han puesto delante de las narices.
Cientos de jugadores con problemas económicos aceptan una extraña invitación para competir en juegos infantiles. Dentro les esperan un premio tentador y desafíos letales. Con ese argumento se presenta una serie que parece condensar lo mejor del audiovisual de Corea del Sur: Un acabado espectacular, violencia a raudales y una audacia argumental impecable. El juego del calamar es salvaje y adictiva. Son ya varias décadas demostrando en el país asiático que su talento no tiene límites.
Así las cosas, antoja imprescindible que todos corramos a disfrutar de la que seguro es una de las mejores series de Netflix en los últimos años. Si te animas a entrar en El juego del calamar ya no habrá vuelta atrás.