Durante el día, Driver (Ryan Gosling) trabaja en un taller y es conductor especialista de cine, pero, algunas noches de forma esporádica, trabaja como chófer para delincuentes. Shannon (Brian Cranston), su jefe, que conoce bien su talento al volante, le busca directores de cine y televisión o criminales que necesiten al mejor conductor para sus fugas, llevándose la correspondiente comisión. Pero el mundo de Driver cambia el día en que conoce a Irene (Carey Mulligan), una guapa vecina que tiene un hijo pequeño y a su marido en la cárcel.
Drive Es una de nuestras joyitas preferidas de los últimos años. La película de Nicolas Winding Refn se convertía en una de las más gratas sorpresas del año 2011, pero también en una película de culto para millones de cinéfilos. Buena parte de la culpa la tenía esa peculiar puesta en escena desarrollada por el director, pero también un puñado de intérpretes en actores de gracia.
Entre lo muchos nombres ilustres que formaban el cast de Drive, nuestro querido Ron Perlman ocupaba un lugar de honor. El actor de Hellboy daba vida a Nino, un gángster bastante chungo. Lo que pasa es que, cuando se cruza en el camino de nuestro protagonista, los boletos para acabar criando malvas se vuelven demasiados. En una memorable escena en la playa, el bueno de Ron Perlman se lleva una paliza de las buenas. De hecho, el grito desgarrador que ofrece bien podría deberse a su talento, pero la realidad es otra bien distinta. Y es que, mientras rodaba la escena, Perlman se fracturaba rótula. El momento en cuestión se veía en la película, lo que dotaba a la paliza de un realismo inusitado.