Prometía ser una de las películas más grandes películas del año y se ha quedado en una solemne decepción. Desde que Netflix anunciase el desarrollo de Alerta roja, todos empezábamos a frotarnos las manos antes lo que previsiblemente iba a ser un peliculón. Argumentos no le faltaban a una película que lograba reunir en la gran pantalla a tres estrellas del calibre de Dwayne Johnson, Gal Gadot y Ryan Reynolds. Lástima que la cosa no saliese como esperábamos.
Cuando la Interpol envía una “Alerta roja”, significa que los departamentos de Policía de todo el mundo deben estar alerta para capturar a los criminales más buscados. Todas las alarmas saltan cuando un temerario robo une al mejor agente del FBI (Johnson) con dos criminales rivales entre sí (Gadot & Reynolds). Una coincidencia que hará que suceda lo impredecible.
Se presenta una película nacida con un claro afán de entretenimiento, pero que incluso en esa labor se queda bastante pobre. La irrelevancia impregna gran parte de las 2 horas de metraje en las que prácticamente sólo se puede disfrutar del buen trabajo de sus protagonistas. Una decepción en toda regla que, sabiendo como se las gastan en Netflix con su capacidad para conquistar al gran público a base de meterle los productos por los ojos, resultará rentable. Algo que no sirve para paliar la decepción que hemos sentido.