Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver. En estos tiempos en los que los regresos de las grandes series están a la orden del día, las jugadas no siempre salen como sería deseable. De hecho, en muchas ocasiones nos damos cuenta de que tuvieron su momento en un contexto adecuado. Hoy no hay espacio para ellos y Dexter: New Blood es un claro ejemplo de ello.
Diez años después del final de la serie, Dexter Morgan vive con un nombre falso en la pequeña ciudad de Iron Lake, Nueva York. Lleva una vida normal y es un miembro respetado de la sociedad, pero a raíz de eventos inesperados resurge su necesidad de dar rienda suelta a sus oscuros instintos.
Con esa premisa se presentaba una miniserie que traía de vuelta a uno de los personajes más emblemáticos de la historia de la pequeña pantalla. Sin embargo, las cosas no resultado todos los satisfactorios que podrían ser. Cierto es que Dexter: New Blood dista mucho que ser un desastre. Sin embargo, la sensación es que no aporta nada. La edad de oro de las series de televisión y de las plataformas de streaming ha provocado una oleada de estrenos a lo largo de los últimos años que hace que algunas cosas ya no nos impresionen tanto. Dexter era especial en su día. Hoy solo es uno más. Lástima.
Eso es toda la nota? Enserio?