En el año 2001 asistíamos al nacimiento de una de esas series que lo cambiaron todo. Por aquellos días, las series de televisión no gozaban de la magnífica salud actual. Por suerte, proyectos como el de A dos metros bajo tierra empezaban a marcar un camino que hoy todavía seguimos transitando.
La ficción narraba la vida de los miembros de una peculiar familia de Los Ángeles que posee una empresa funeraria. El día de Nochebuena, cuando Nathaniel Fisher (Richard Jenkins) esperaba la llegada de su hijo Nate (Peter Krause), muere en un accidente de coche. Su hermano David (Michael C. Hall), un gay que no ha salido del armario, dirige el negocio familiar junto a su dominante madre Ruth (Frances Conroy), mientras que su hermana Claire (Lauren Ambrose) es una problemática adolescente que consume drogas. La única persona aparentemente normal de la vida de Nate es Brenda (Rachel Griffiths), una apasionada mujer a la que conoce en un avión. Lo malo es que la familia de Brenda es aún más desequilibrada que la de Nate.
A dos metros bajo tierra era sencillamente brillante. Sin lugar a dudas, una de las mejores series de la historia de la pequeña pantalla. Una historia familiar con aires de comedia negra que ahora, más de quince años después de su final, HBO Max ha querido recuperar. La plataforma está ya manos la obra con lo que parece ser una nueva temporada para una de esas series fundamentales de cara a construir la leyenda de la HBO. De momento pocos detalles se conocen sobre el proyecto, pero la mera idea de reencontrarnos con los protagonistas de A dos metros bajo tierra ya provoca que nuestra ilusión se dispare.