Después de 36 años, hemos vuelto a soñar. Durante mucho tiempo hemos añorado una tercera entrega para la sensacional saga Cazafantasmas. De hecho, el proyecto estuvo muchas veces cerca de hacerse realidad, pero las cosas terminaban truncándose. Eso sí, la muerte de Harold Ramis en 2014 parecía enterrar definitivamente la posibilidad de Cazafantasmas 3. Sin Egon Spengler las cosas ya no eran lo mismo.
Así, cuando supimos del desarrollo de Cazafantasmas: Más allá, todos nos mostrábamos escépticos. A pesar de la confirmación del regreso del reparto original y de que Jason Reitman, hijo de Ivan Reitman (director de las dos primera películas) se haría cargo del proyecto, no esperábamos demasiado. Poco podíamos imaginar que la esencia más pura del cine de los 80 volvería a llenar nuestras salas.
Una madre soltera y sus dos hijos llegan a una pequeña ciudad, descubriendo su conexión con los cazafantasmas originales y el legado secreto que dejó su abuelo tras de sí. Con ese argumento se planta en nuestras vidas una película hermosa a niveles difíciles de explicar. Atrapando el espíritu de la primera película, la cinta nos ofrece una nueva generación de Cazafantasmas mezclada con la esencia más pura de la saga. Así se desarrolla una película que gestiona la ausencia de Harold Ramis de una forma tan hermosa que es difícil de describir.
Cazafantasmas: Más allá es la película que nos merecíamos e incluso roza el nivel de aquella primera entrega de 1984 que nos enamoró. Una maravilla en toda regla.