Nunca ha sido un campo demasiado feliz. Cada vez si alguien se la ha jugado con la adaptación cinematográfica y televisiva de algún videojuego de éxito, el resultado ha sido, en el mejor de los casos, aceptable. Eso sí, la regla habitual siempre ha sido la de que todo terminase en desastre. Al menos hasta Arcane: League of Legends.
‘Arcane’ ahonda en el precario equilibrio entre la rica ciudad de Piltover y la sórdida y oprimida Zaun. La tensión entre ambas ciudades-estado se exacerba, por un lado, debido a la creación en Piltover de algo llamado “Hextech”, que permite a cualquiera controlar la energía mágica, y, por otro, de una nueva droga en Zaun llamada “Shimmer”, que transforma a los humanos en monstruos. La rivalidad entre las dos ciudades divide a las familias y los amigos.
Con ese argumento aterrizaba en Netflix Arcane: League of Legends, una serie de animación convertida, sin lugar a dudas, en la primera gran obra maestra basada en un videojuego. La ficción presenta un enorme y hermoso mundo de fantasía que embriaga irremediablemente. Una narrativa sensacional y una animación de las que quitan el sentido, ya podemos hablar de una pieza imprescindible para cualquier seriéfilo.
Si todavía siente reticencia alguna por no estar familiarizado con el videojuego, ya te adelantamos que Arcane: League of Legends se disfruta seas quien seas.