Seguro que muchos fans de la serie se preguntan por qué hablamos de la NBC cuando la exitosa The Walking Dead es un producto de la AMC. Paciencia, que lo vamos a explicar. El 31 de octubre del 2010, la cadena lanzaba una apuesta más que ambiciosa. La adaptación de los cómics de Robert Kirkman llegaban a la pequeña pantalla para convertirse en una de las series más exitosas de los últimos años. La mano de Frank Darabont (“Cadena Perpetua”, “La Milla Verde”) se notaba en un producto brillante, pero que había seguido un difícil camino hasta conseguir hacer realidad su sensacional idea.
Antes de llegar a la AMC, Darabont tocaba muchas puertas. Su intención era conseguir que alguien confiase en el proyecto. Así estaba la cosa cuando el creador de la serie se plantaba en las oficinas de la NBC. Por aquel entonces ya había sido rechazado en muchos sitios, pero al fin parecía haber llegado al lugar ideal, dado que los responsables de la cadena eran los primeros en mostrarse interesados en el proyecto. El problema es que querían hacer ciertos “matices” sobre la temática que se les presentaba.
¿Os imagináis que el mundo estuviese parcialmente ocupado por zombis y que dos protagonistas fuese resolviendo crímenes relacionados con los muertos vivientes? Pues eso es lo que querían en la NBC. Efectivamente, lo que se buscaba era una serie que siguiese la estructura convencional de decenas de series que inundan nuestra parrilla televisiva. Afortunadamente, Frank Darabont se negó de forma radical, terminando por acudir a una AMC que si respetó su genial plan.