Tenía pinta de que se iba directa a la lista de batacazos, pero no podíamos imaginar el cataclismo iba a alcanzar unas proporciones tales. La pandemia mundial de coronavirus no termina de remitir y el público todavía reticente acudir en masa a las salas. Así, están siendo meses realmente duros para muchos de los grandes estrenos. Las grandes compañías tienen que darle salida a las películas que guardan en un cajón desde hace tiempo. Necesitan liquidez, a pesar de que no parezcan ser los mejores días, lo que se traduce en batacazos de gran calibre.
La última en sumarse a la lista es Moonfall. La película de catástrofes de Roland Emmerich se plantaba en las salas de cine de todo el mundo tratando de seducir a los fans de los blockbusters. Sin embargo, el resultado ha sido absolutamente ruinoso. Tras varias semanas ya en cartelera, la película suma a nivel mundial unos tristes 32 millones de dólares. Una caos absoluto, y es que Moonfall se gastaba 140 millones de dólares en producción, más otros 70 en distribución y publicidad.
Lo peor de todo es que el techo de la película está realmente cercano. Ya sería un milagro que alcanzase los 50 millones de dólares. Mal pintan las cosas.