Las estrellas también tienen sus debilidades personales. Pese a que los grandes del cine están acostumbrados a emocionarnos, lo cierto es que, como todos, tienen esa película capaz de sacarles siempre alguna lágrima. Si no, que le pregunten a James Franco.
El candidato al Oscar es un tipo que nos tiene acostumbrados a na eterna y sincera sonrisa, pero la cosa cambia cuando le ponen delante Mi Idaho Privado. Y es que, tal y como confesaba el propio James Franco, esa es la cinta que siempre es capaz de noquearlo. No le culpamos, ya que el filme de Gus Van Sant es descomunal.
Mike Waters (River Phoenix) y Scott Favor (Keanu Reeves) son dos jóvenes chaperos que se ganan la vida prostituyéndose en las calles de Portland. Mike tiene una extraña enfermedad llamada narcolepsia, que le provoca un sueño repentino y profundo en cualquier parte. Sensacional joya del cine independiente Mi Idaho Privado. No vamos a negar que a nosotros también nos emociona.