Son ya varios días que han pasado desde la ceremonia de entrega de los Oscar y medio mundo sigue hablando del bofetón de Will Smith a Chris Rock después de que humorista hiciese una broma de mal gusto sobre la calvicie de su esposa. En cualquier caso, el asunto se va enfriando y es el momento de hacer un control de daños en la carrera del intérprete.
Durante mucho tiempo, Will Smith fue el favorito del público. El actor que saltaba a la fama por El príncipe de Bel-Air se metía a todos en el bolsillo con su mezcla de simpatía, amabilidad, carisma y talento. Durante más de una década, su nombre era sinónimo de éxito en las carteleras de todo el mundo. Probablemente nunca nadie logro enlazar tantos pelotazo de taquilla seguidos como él. Men in Black, Yo, Robot, Soy Leyenda, En busca de la felicidad, Siete almas, Dos policías rebeldes, Hancock… Hasta 2008 convertía en oro todo lo que tocaba, pero la cosa terminaba ahí.
Desde ese preciso instante comenzaba un duro bagaje por el desierto. El público se cansaba de Will Smith y, durante una década, la mayoría de sus trabajos se estrellaban de forma estrepitosa. Y es que Will se empeñaba en hacer de su hijo Jaden una estrella, cuando a los espectadores el muchacho le resultaba demasiado antipático. Un largo periplo en el que Will Smith trataba de resucitar su carrera. Con Aladdin, Bad Boys for Life y El método Williams parecía haberlo logrado. De hecho, por esta última tenía el Oscar en su pero todo se torció en la misma gala.
A pesar de hacerse con el Oscar, tiene pinta de que el bofetón a Chris Rock le puede salir muy caro. La imagen de Will Smith ha quedado seriamente deteriorada y muchos de los proyectos que tenía en cartera podrían decidir prescindir de su figura ante el riesgo del boicot por parte de los espectadores. Varios ya lo han hecho. Más de una década luchando para volver a lo más alto y la noche en la que todo debía confirmarse terminó convirtiéndose en la gran mancha de su carrera. Veremos hasta donde llegan las consecuencias.