Ya se han cumplido 25 años desde que David Fincher nos helase la sangre a todos con esa maravilla del cine llamada “Seven”. Dos décadas en las que nos sigue impactando cada segundo de una cinta ya imprescindible dentro de la historia del séptimo arte. A día de hoy nos resulta imposible imaginarnos a otros actores en sus papeles principales que no sean Brad Pitt o Morgan Freeman. Del mismo modo, resulta indiscutible que la cinta no habría sido la misma sin esa media hora perturbadora que nos regala un Kevin Spacey enorme dentro de su papel del maligno John Doe.
Pues bien, el propio Fincher en un evento de los BAFTA ha reconocido que su primera opción para dar vida al psicópata John Doe no era Spacey. El actor elegido por Fincher y al que el estudio ya había dado el visto bueno no era otro que Ned Beatty (“Deliverance”). Entonces se produjo uno de esos giros del destino tan comunes en el cine (o golpes de suerte), Beatty leyó el guión y automáticamente se negó a participar en la cinta debido a que la consideraba “la cosa más malvada que había leído nunca”.
Llega entonces el momento de Kevin Spacey. Según David Fincher, el dos veces ganador del Oscar se marcó una perfecta interpretación de Doe en el casting, pero New Line consideraba que su caché era demasiado alto. Comenzado el rodaje, seguía la búsqueda del hombre que daría vida al villano, hasta que un día Brad Pitt se interesó por la situación de Kevin Spacey. Cuando Fincher le explicó que su sueldo era demasiado elevado, Pitt cogió el teléfono y llamo a la productora diciendo que era necesario contratar a Spacey. Pocas horas después, “Seven” ya tenía a su villano y la historia del cine a una de sus mejores películas ya en marcha.