Es curioso como a veces puede ocurrir que lo que parece imposible que salga mal sobre el papel, termina torciéndose. Algo que sucedería con Hook, un filme que parecía perfecto para un tipo de tanto talento y carisma como Robin Williams, pero que terminaría poniendo de manifiesto que la elección no era la mejor.
Peter Pan (Robin Williams) es un prestigioso abogado que vive absorto en su trabajo. Tiene una encantadora familia a la que apenas dedica tiempo, porque se ha olvidado de lo que significa la infancia. Sin embargo, cuando sus hijos son secuestrados por su antiguo enemigo, el Capitán Garfio (Dustin Hoffman), y llevados al País de Nunca Jamás, se verá obligado a viajar a ese reino encantado, donde, con la ayuda de Campanilla (Julia Roberts), podrá recuperar no sólo a sus hijos, sino también al niño que un día fue.
Esta curiosa visión de la clásica historia de Peter Pan nunca terminó a cuajar. La película de Steven Spielberg se convertía en un puñado de buenas intenciones caídas por la borda. Nunca ocultaremos nuestro amor eterno por el tristemente desaparecido Robin Williams, pero lo cierto es que el Peter Pan cincuentón al que daba vida es uno de esos papeles para olvidar. En ningún momento daba la sensación de que el oscarizado actor se sintiese cómodo, lo que se percibía claramente al otro lado de la pantalla. Al menos Dustin Hoffman y Julia Roberts tampoco estaban mucho mejor…