Ha sido un camino irregular. Desde que Disney se hiciese con Lucasfilm, en la compañía del ratón no han hecho más que intentar exprimir al máximo el universo de Star Wars. Cierto es que la cosa arrancó bien con Star Wars: El despertar de la Fuerza. Sin embargo, las cosas no funcionaban tal y como cabía esperar en el resto de tintas. Algo especialmente llamativo en el caso de Han Solo: Una historia de Star Wars. La película sobre los orígenes del famoso personaje se convertía en el mayor desastre taquilla de la historia de la saga. Algo que sirvió para que en Disney sacasen unas cuantas conclusiones interesantes.
Kathleen Kennedy, la responsable de Star Wars, java claro en una reciente entrevista Vanity Fair la lección más clara que han sacado a día de hoy.“Debe haber momentos en el camino en los que aprendes cosas importantes. Ahora parece que ha quedado clarísimo lo que no podemos hacer”. ¿Y a qué se refería? Pues a apostar por nuevos rostros para meterse en la piel de personajes míticos.
A pesar del esfuerzo de Alden Ehrenreich recrear a un buen Han Solo, la cosa salió como salió. El agravio comparativo con Harrison Ford era constante, lo que condujo al desastre de la película. De todo se aprende.