Obra maestra y fenómeno incomparable. Lo de Joker se convertía, en 2019, en un evento cinematográfico de épicas proporciones. La película de Todd Phillips ha marcado un antes y un después en el cine del género. Y es que la experiencia cinematográfica que ofrece el filme resulta arrolladora.
Gran parte de la culpa de que el filme lo haya petado a lo bestia la tiene Joaquin Phoenix. El actor lleva un par de décadas demostrando que pocos se le pueden comparar en lo que a talento se refiere. Sin embargo, lo que ha conseguido con este Arthur Fleck va más allá de lo humano y lo divino. Una interpretación para la historia.
SPOILERS de Joker.
Convertirse en Joker es un esfuerzo emocional de gran calibre. Para colmo, Joaquin Phoenix es de esos tipos que se entregan en cuerpo y alma. Así, no es de extrañar que uno de los momentos más espectaculares de la cinta fuese completamente improvisado. Y es que, justo después de cometer su primer (triple) asesinato el personaje entra en los baños. “¿Qué he hecho?”, debía decir Arthur mientras se miraba en el espejo y se quitaba el maquillaje. Sin embargo, Joaquin Phoenix optó por ese demencial baile con el que la escena mutaba en maravilla. Grande.