Llevábamos mucho tiempo esperando el momento, pero la decepción ha sido de épicas proporciones. Hace unos días se plantaba en la parrilla de Netflix la serie de acción real de Resident Evil. La ficción había generado muchos titulares desde tiempo atrás, hasta el punto de convertirse en uno de los estrenos marcados en rojo en los calendarios de incontables seriéfilos.
Desgraciadamente, la cosa no ha salido como se esperaba. Cierto es que el público ha convertido a Resident Evil es lo más visto de Netflix, pero tampoco se puede negar que es una de las apuestas más flojas de la compañía. Carente de una historia capaz de engancharnos, del terror necesario o de las dosis de suspense que le exigiríamos a una apuesta del estilo, la realidad es que poco o nada funciona en una serie fallida en casi todos los aspectos.
Ahora solo falta esperar para ver si, a pesar de ser bastante flojita, el público sigue manteniendo su confianza en la serie. De resultar un éxito de espectadores, Resident Evil podría ganarte incluso el derecho a una segunda temporada. Veremos.