Ya ni el hecho de pasar varias semanas en el Top 10 de la plataforma te garantiza un futuro. En el mundo de las plataformas audiovisuales la vida va a demasiada velocidad. Si no das de lleno en la diana, tu destino más probable es el de la cancelación prematura. Y precisamente eso es lo que ha ocurrido con La primera muerte, la ambiciosa serie de vampiros lésbica con la que Netflix pretendía hacer saltar la banca.
Cuando llega el momento de que la vampira adolescente Juliette haga su primera muerte para poder ocupar su lugar entre una poderosa familia de vampiros, pone su mirada en una nueva chica en la ciudad llamada Calliope.
Una temporada es lo que ha durado La primera muerte. En Netflix decidían cancelar una serie que no terminaba de conectar con el gran público. Además, las valoraciones al respecto eran bastante dispares. Nunca llego a gustar demasiado. Una auténtica pena, ya que el proyecto prometía mucho.