Rose es una joven madre (Radha Mitchell) que trata de encontrar curación para su hija enferma. Incapaz de resignarse al diagnóstico de los médicos que proponen internarla de forma permanente en un centro psiquiátrico, Rose huye con su hija hasta llegar a una ciudad aparentemente desértica.
Vuelve el terror. Allá por el año 2006, Silent Hill daba el salto desde el mundo de los videojuegos a los cines. La película protagonizada por Radha Mitchell se convertía en un éxito que, seis años después, M.J. Basset trataba de repetir. El regreso a Silent Hill era un auténtico desastre, pero por suerte el director original está de vuelta.
Christophe Gans, responsable del primer filme y de cintas como El pacto de los lobos ya se encuentra manos a la obra con la nueva Silent Hill. El propio director lo dejaba claro, disparando las ilusiones de millones de fans del cine de terror. Y es que, pese a no ser demasiado recordada, la cinta de Silent Hill era una auténtica joyita. Esperemos que recupere su mejor nivel con esta esperada secuela.
El arco de los pintores y las flechas de los escritores.
Cuando llegan las fechas del inicio de la feria de Arte Arco, que se celebra en Madrid, y que es prácticamente el único momento en que algunos españoles ven algo de arte, hay escritores que publican artículos venenosos contra el arte contemporáneo, o contra los artistas.
En otros tiempos, los pintores y los escritores, eran amigos, y se ayudaban entre ellos. Por lo visto, ahora, el individualismo, y el sentido de la competición, acaba situando a unos contra otros.
En algunos casos ha habido algún buen escritor que se ha referido a algunas obras de arte con un tono de desprecio o de burla, afirmando que aquello no tenia nada que ver con el arte.
En un artículo en el que este autor escribía que había visitado en Londres unas salas de la Tate Modern, y allí había visto una especie de escoba, decía, que era presentada como una obra de arte conceptual de un artista joven, y en tono denigrante afirmaba, sentenciando, que ya era hora de acabar con esta impostura y de presentar como arte unas cosas que eran incomprensibles y de nulo valor artístico.
Se sentía defraudado,engañado, indignado,rabioso, aunque reconocía que eran un éxito de público, por el gran número de visitantes del museo, y el gran interés que había por las obras expuestas.
Estas son obras que hay que ver varias veces, con un ánimo sereno, y los ojos abiertos, reconociendo que sólo las personas con una percepción sensitiva, que puedan sentir empatía con el artista, podría apreciarlas, al menos, en parte.
Yo tampoco entendí ” La casa verde”, la primera vez que lo leí.
Al menos, esta obra había sido capaz de provocar la ira y el escándalo de un espectador, en este caso, un intelectual, como en su tiempo provocaban las obras de los impresionistas, en el Salon de Otoño, de París, y después provocó el primer cuadro cubista de Picasso, que fue atacado , o despreciado, por varios, entre ellos el mismo Vlaminck, que incluso escribió artículos contra esta obra, y otras del mismo artista.
Hubo otro escritor, que redactó un artículo denigrante contra una obra de Piero Manzoni, en un tono burlesco. En este caso no era contemporánea, porque había sido realizada en el año 1960, pero era revolucionaria, escandalosa, en su época.
Quizás algunos quisieran que estas obras se quedaran en un cuarto de baño, o en un sótano, y tuvieran un valor económico nulo, mientras que les molesta, a veces, que estén en los museos, e incluso que se vendan a un precio, que un empleado normal o un funcionario, tardaría 10 años en ganar.
Son obras realizadas en poco tiempo, pero con un gran ingenio y talento, cualidades que no poseen los oficinistas ni los funcionarios.
También hay un tipo que aparece en algún video, que presenta algunas obras y algunos artistas en un tono de burla y desprecio, denigrando la creación artística, los museos y las ferias de arte.
Ahora que el mercado del arte, ha sufrido el castigo de las crisis, culturales, ideológicas y económicas, sería el momento de animar y colaborar en este esfuerzo y esta aventura, y que los escritores volvieran a ser amigos, de los pintores, artistas, creadores, y aventureros del ingenio altruista, con una inteligencia emocional, considerando que para tampoco es un momento favorable para los escritores ni los editores.
Con varias formas de apoyo solidaridad, como era en otros tiempos.
Los enemigos de la libertad de expresión siempre existen, y una prueba de ello la encontramos en un libro de un valor extraordinario, publicado recientemente por la historiadora de arte Nadia Hernandez Henche,” Picasso en el punto de Mira ” donde describe la represión, incluso persecución, y la violencia, que sufrieron varias galerías de arte y librerías, durante la dictadura, un estudio muy serio y riguroso del odio que puede provocar el talento, el ingenio, la creación artística y literaria, las culturas, sobre todo, si tienen éxito, en el país de la vulgaridad, y de todos contra todos.
A veces, vemos textos que utilizan palabras y expresiones denigrantes cuando se refieren a creaciones artísticas, ignoran que detrás de estas obras ha existido una disciplina, un esfuerzo, un sacrificio, un heroísmo, a veces, y que algunas de las mejores obras de arte que están en los grandes museos han sido creadas en condiciones de precariedad, de soledad, de adversidad. El artista ha creído en su misión en la sociedad, y en muchos casos ha sufrido durante años la incomprensión explorando territorios desconocidos del arte.
Hay que estudiar la vida de estos artistas, su aventura existencial, la inseguridad en la que han vivido, y el enorme trabajo que han hecho sin expectativas de ganar casi nada a cambio, y conocer sus grandes descubrimientos esteticos visuales.
También hay que conocer las condiciones en las que se han hecho estos trabajos, y situarlos en su contexto original, sin despreciar el valor intangible que el mercado no les atribuye. Los textos que redactan muchos críticos y teóricos, son una aproximación interpretativa, que no siempre coincide con la verdad.
Ahora una gran mayoria de personas ven un arte contaminado,porque los colores feos de las pantallas son un artificio,de luz electronica, tecnologica,que confunde la realidad original.Lo que vemos a traves de los ordenadores o moviles no es lo que han hecho los artistas, sino una reproduccion adulterada.
Por este motivo es importante ver las obras de arte al natural, en vivo, visitando los museos,galerias y ferias, en espacios predispuestos para su exibicion.
Hay que ser sensitivo,y tener percepcion estetica visual,y conocimiento, para sentir el arte,aparte de una preparacion cultural,y algunos escritores no tienen estas cualidades.
Santiago Palet