Es una de las películas más inolvidables de la historia del cine. Hablar de Solo en casa es hablar de una cinta familiar la mar de divertida y que siempre vuelve a nuestras vidas por Navidad. Un éxito arrollador que lanzó a la fama a Macaulay Culkin, convirtiéndole en uno de los actores más prometedores el planeta. No es de extrañar que, poco después, el joven intérprete repitiese fórmula con Solo en casa 2 para volver a petarlo.
El público estaba loco por unas películas que funcionaban a las mil maravillas. Las alas de finde se llenaban y cada pase televisivo de cualquiera de las entregas de Solo en casa se convertiría en líder de audiencia. Sin embargo, Macaulay Culkin rechazaba ponerse al frente de Solo en casa 3. Una decisión que nadie entendía.
En su día, la intención era la de rodar Solo en casa 3 de forma simultánea a la segunda entrega. Pero Macaulay Culkin no parecía por la labor. John Hughes intentaba conseguirlo de nuevo poco tiempo después, pero el joven actor decidió retirarse de la interpretación a los 14 años, descartando la posibilidad en la piel del inolvidable Kevin McCallister. Una pena.
Ya 1997 Solo en casa 3 se hacía realidad con un reparto completamente renovado y con el director John Hughes quedando a un lado. La cinta era un fracaso en todas las dimensiones. Un desastre para olvidar. Todo habría lucido muy diferente si Macaulay Culkin hubiese decidido lanzarse con Solo en casa 3.