Esto ya no hay quien lo salve. A la hora de pensar en las películas más esperadas de los próximos tiempos, Babylon ocupaba un lugar de honor. La nueva película de Damien Chazelle (Whiplash, La La Land) tenía todas las papeletas para arrasar en taquilla y en premios, pero las cosas están siendo muy distintas.
Todo empezaba a torcerse con las primeras valoraciones de la prensa especializada. La crítica le daba la espalda a una película que, de arranque, era una de las grandes favoritas al Oscar. Palo descomunal a las aspiraciones de una cinta que se llevaba la puntilla por parte del gran público. Después de dejarse 80 millones en la producción de la película y más de 50 en distribución y publicidad, Babylon veía como tres fines de semana en la cartelera americana se saldaba con un total de 13,5 millones de dólares. Lamentable cifra para una película que se irá poco más allá de los 15.
A día de hoy lo único que puede amortiguar un poco el golpe es la taquilla mundial. En cualquier caso, las mejores previsiones apuntan a que Babylon ni alcanzará los 40 millones totales en su taquilla final mundial, lo que la convertirá en uno de los mayores desastres económicos de la historia del cine. Ni un gran director, ni un reparto liderado por Margot Robbie y Brad Pitt han servido para salvar de la quema a una película decepcionante. Lástima.