Acusado del asesinato de su mujer, Andrew Dufresne (Tim Robbins), tras ser condenado a cadena perpetua, es enviado a la cárcel de Shawshank. Con el paso de los años conseguirá ganarse la confianza del director del centro y el respeto de sus compañeros de prisión, especialmente de Red (Morgan Freeman), el jefe de la mafia de los sobornos.
Poca presentación necesita Cadena Perpetua, una de las cintas más importantes de la historia del cine llegaba a las salas en 1994. Tomando como referencia la novela corta de Stephen King Rita Hayworth y la redención de Shawshank, Frank Darabont nos regalaba esta maravilla del cine carcelario. Cadena Perpetua nos mostraba con habilidad todas las dimensiones del ser humano en un “microclima” tan hostil como es el de un centro penitenciario. Alternando con brillante pulso narrativo la crudeza de las situaciones a las que ha de hacer frente Andy y el lado más amable de la vida gracias a su relación con Red, la cinta nos invita a un viaje de casi dos horas y media que pasan como un suspiro.
No aparecía entre sus planes. Frank Darabont estaba encantado de adaptar una obra de Stephen King, pero Cadena Perpetua no era su elección. “Yo quería hacer La Niebla, pero decidí no rodarla para no encasillarme en el género de terror y evitar comparaciones con George Romero o David Cronenberg. Pensé en intentar algo diferente a eso, y si funcionaba, adaptar luego La Niebla, y no ser únicamente el chico del terror”.
Así, por una decisión básicamente laboral, Frank Darabont decidió rodar Cadena Perpetua. Hoy, más de 25 años después la cinta se ha convertido en una de las obras más importantes, queridas y respetadas de la historia del séptimo arte. Curioso giro del destino.