Resulta increíble la cantidad de vueltas que puede llegar a dar la vida. Si os hablásemos de la historia de la estrella de los 80 que hoy es piloto-guía, cualquiera podría pensar que se trata de una hiperbolización de la realidad. Nada de eso, ya que es exactamente lo que le ha ocurrido al bueno de Lorenzo Lamas.
“Me casé cinco veces porque tengo tendencia a intentar rescatar a las personas y a creer que puedo salvarlas. Mi terapeuta me dijo que ese no es mi trabajo, pero, claro, cuando empecé a ir a terapia ya me había casado tres veces. Mi tercera mujer me ayudó mucho, pero no me sirvió de nada con mujer número 4”. Así explicaba hace pocos años los motivos de su ajetreada vida sentimental el popular actor de Falcon Crest. No nos extraña que trate de olvidar la experiencia, ya que el hecho de que Mujer número 4 (Shauna Sand) se acostase con su hijo se antoja motivo suficiente como para borrarla de la mente. En cualquier caso, los constantes divorcios sólo han sido una de las causas de que la estrella televisiva de los 80 terminase en la ruina.
Entre 1981 y 1990, Lorenzo Lamas era un auténtico sex symbol televisivo. Su papel en Falcon Crest se traducía en dinero a mansalva y en ser objeto de deseo de las mujeres de medio mundo. Ahí comenzaba su afición por mantener relaciones y contraer matrimonios con Conejitas de Playboy. Con la serie Renegado, el éxito seguiría, pero ni las cantidades ingresadas serían suficientes para pagar, aviones, mansiones, barcos y todo tipo de lujos o frivolidades que le pasasen por la mente.
Desde el año 1997, la cosa comenzaba a ponerse fea. El actor empezaba a recibir papeles cada vez más cutres. De hecho, Lorenzo Lamas quedaba encasillado en cintas de serie B (casi C) de horrible calidad. ¿Veis esas películas tipo El Comeserpientes o Megashark vs Crocosaurus? Pues ese era el perfil de los proyectos de Lamas. La ruina era inevitable.
A día de hoy, Lorenzo Lamas se gana la vida ejerciendo como guía en Las Vegas de un helicóptero que él mismo pilota. Su esperpéntica vida acaba de vivir un auténtico momentazo, ya que su actual mujer ha ejercido de vientre de alquiler para que uno de los hijos de Lamas pudiera ser padre. Una vida que, a sus 65 años, es más digna de Falcon Crest que nunca.