El 30 de noviembre de 2013, un desgraciado accidente le costaba la vida al actor Paul Walker. Su pérdida conmocionaba al mundo del cine, en especial a sus compañeros de la exitosa saga “Fast & Furious”. Asumida la triste pérdida, llegaba el turno de empezar a afrontar el mundo después post-Walker. Algo nada sencillo.
De entre las muchísimas personas que dejaba atrás el actor, una sufría especialmente su pérdida. Meadow Rain Walker tenía 15 y era la única hija del desaparecido actor. La muerte de Paul Walker a los 40 años suponía un durísimo golpe para una jovencita que era la niña de sus ojos. Ocho años han pasado desde entonces, tiempo más que suficiente para que Meadow se haya convertido en una impresionante modelo capaz de cortarle la respiración al más pintado. Seguro que nuestro añorado Paul estaría orgulloso al ver en lo que se ha convertido su pequeña…