Fue la gran sorpresa de las candidaturas a los Oscar. El pasado martes, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood daba a conocer las nominaciones a sus prestigiosos premios. Una lista que se ajustaba más o menos a lo previsto, pero en el que un nombre se colaba de forma inesperada hablamos de Andrea Risenborough. La actriz de To Leslie se imponía a dos nombres que estaban en todas las listas. Por un lado, Viola Davis había estado presente en todos los grandes premios del año. Algo parecido ocurría con Danielle Deadwyler.
Automáticamente, los comentarios sobre las que hace diversidad racial en el quinteto de candidatas a mejor actriz empezaban a extenderse. Sin embargo, el problema real llegaba al conocerse que la candidatura de Andrea Risenborough podría haberse saltado ciertas normas de la Academia. Tanto David como Deadwyler tenían detrás campañas financiadas por Sony y MGM/Amazon, compañías que se ajustaban perfectamente a las exigencias. Sin embargo, la pequeña distribuidora To Leslie decidía tirar de contactos, pidiendo que viesen la película y que la recomendasen a lo bestia en redes sociales. Demasiadas actividades irregulares en la campaña.
“Queda expresamente prohibido el contacto directo con miembros de la Academia o de una manera fuera de los términos de estas reglas para promocionar una película o un logro para la consideración del Premio de la Academia”, dice una de las normas de la Academia en referencia a los premios Oscar. Algo que se habrían saltado constantemente desde To Leslie para lograr la nominación de Andrea Riseborough, una actriz cuyo trabajo, en cualquier caso, es sensacional.
Así las cosas, desde la Academia se ha abierto ya una investigación que podría terminar con la descalificación de Andrea Riseborough como candidata al Oscar a la Mejor Actriz. Una situación de lo más desagradable.