Pese a que muchos todavía conservaban en sus retinas el horror de la adaptación que Sylvester Stallone protagonizaba en 1995, lo cierto es que la irrupción de Pete Travis y Karl Urban en escena hacía que todo cambiase. El famoso personaje creado por John Wagner y dibujado por Carlos Ezquerra al fin encontraba una versión de carne y hueso a la altura de lo esperado. La Dredd de 2012 era brutal y memorable.
En un futuro cercano, Norteamérica se ha convertido en un páramo asolado por la radiactividad. Una única y gran megalópolis se extiende a lo largo de la costa este: Mega City 1. Esta inmensa y violenta urbe cuenta con una población de más de 800 millones de personas, cada una de las cuales es un infractor en potencia. Los encargados de acabar con el caos e imponer el orden son unos individuos que actúan a la vez como agentes de la ley, jueces, jurados y verdugos. Al frente de ellos está Dredd (Karl Urban), una leyenda viva de la justicia que vive entregado por entero a hacer cumplir la ley. En una misión aparentemente rutinaria junto a Cassandra Anderson (Olivia Thrilby), una juez novata dotada de grandes habilidades psíquicas, se disponen a investigar un homicidio en un peligroso rascacielos de 200 pisos de altura, controlado por el clan de la despiadada Ma-Ma (Lena Headley). Pero al intentar arrestar a uno de los principales secuaces de Ma-Ma, ella cierra a cal y canto todo el edificio y ordena a sus hombres que capturen a los jueces. La lucha por la supervivencia, obligará a Dredd y Cassandra a actuar de manera implacable.
No triunfaba en taquilla y es una auténtica pena. Un duro golpe para un filme que pasaba a la historia como un fracaso comercial, pero que se ganaba el derecho a ser considerada como una de las mejores y más entretenidas cintas de acción de los últimos años. Si no, ya podéis correr a Movistar+ para descubrir lo que mola HBO Max.