Se pone uno a buscar adjetivos para Quentin Tarantino y se hace imposible dar con los adecuados para definir a este fenómeno. En cualquier caso, lo que está claro es que todo lo que sale de su mano mezcla talento y gamberrismo a partes iguales. Este tipo es un fenómeno y lo ha demostrado a lo largo de toda su biografía. Eso sí, difícilmente encontraremos un filme más redondo en su haber que Malditos Bastardos.
Poca presentación necesita el filme en el que Brad Pitt lidera a un grupo de soldados asalvajados cazadores de nazis y que tiene en el Hans Landa de Christoph Waltz a uno de lo mejores personajes de la historia del cine. Malditos bastardos es una auténtica joya. Lo que no sabíamos es que ese gamberrismo del que hablábamos y tan propio de Quentin Tarantino iba a tener su reflejo incluso en el título “Once Upon a Time in Nazi-Ocupped France (Érase una vez en la Francia ocupara por los Nazis)”. Así quería bautizar el inefable director al sensacional filme.
Finalmente, se descartó esta opción por ser demasiado larga. Eso sí, Tarantino decidió bautizar de ese modo el primer capítulo de la película y usar la misma fórmula para Érase una vez en… Hollywood.