Todo se ha vuelto insostenible. En los últimos tiempos ha empezado a quedar claro que las grandes compañías huyen despavoridas ante figuras polémicas. Nadie quiere ver a sus grandes estrellas envueltas el líos, y Ezra Miller es un auténtico especialista en hacer saltar todo por los aires.
A lo largo de los últimos años, el Barry Allen del universo cinematográfico DC no ha dado más que disgustos en las plantas nobles de Warner. Flash acapara portadas por sus escándalos. Agresión a una fan, detenciones varias, arresto por desorden público, salidas de tono dialécticas y, por si no fuese suficiente, la sombra del acoso. Con semejante currículum, en Warner y DC han decidido decir basta y, tal y como acaba de conocerse, no volver a trabajar más con Ezra Miller.
El 16 de junio llega a las salas de cine de todo el mundo Flash, una superproducción en la que DC se ha dejado alrededor de 200 millones de dólares. Lo cierto es que en el estudio están de lo más satisfechos con el resultado de la película, pero ni aunque a rascarse las taquillas de todo el mundo mantendrían a Ezra Miller en el traje del famoso superhéroe. Una pena.