Si Raymond Chandler levantara la cabeza… Pocos actores hay más solventes que Liam Neeson. Es uno de esos tipos que están bien sea cual sea la película y sea cual sea el papel. De hecho, el intérprete suele tener bastante buen ojo a la hora de elegir sus proyectos, logrando, en el peor de los casos, ofrecernos películas entretenidas. De ahí la sorpresa negativa con Marlowe.
Tomando como punto de partida al famoso detective de las novelas de Raymond Chandler, responsable de esa obra maestra titulada El sueño eterno, el director Neil Jordan (Entrevista con el vampiro, Michael Collins) nos ofrece una película de cine negro bastante pobre.
En los bajos fondos de Los Ángeles, una rica y bella heredera contrata los servicios del detective Marlowe para que de con el paradero de su antiguo amante, desaparecido sin dejar rastro. Lo que Marlowe irá descubriendo poco a por es que tras ese caso se encuentra una red corrupta dirigida por las personas más ricas y peligrosas de la ciudad. Una historia de lo más sugerente para diseñar una película de lo más interesante. Lástima que todo se pierda por el camino.
Liam Neeson, Diane Kruger y Jessica Lange se revuelven como gato panza arriba tratando de salvar Marlowe, pero no hay forma de evitar que todos los clichés del cine negro se vayan acumulando unos encima de otros. Ni rastro de la esencia de un Humphrey Bogart que se salía en la piel del detective Marlowe en El sueño eterno (Howard Hawks, 1946). De hecho, la película acumula un 79% de valoraciones negativas en Rotten Tomates. Descalabro en toda regla.