Nadie se atrevería a discutir que es un auténtico fenómeno. Nuestro queridísimo Quentin Tarantino lleva tres décadas enamorándonos con su salvaje y peculiar talento. Un estilo reconocible a leguas y que le ha llevado a firmar películas gloriosas. De hecho, cuesta encontrar una cinta que no sea sensacional dentro de su trayectoria. Mejor dicho, nos cuesta a nosotros, porque él la tiene clarísima.
El director se ha confesado en Far Out Magazine. Una entrevista en la que no ha dudado en confesar que la película más floja de su carrera es Death Proof. La mitad del díptico que hacía con Robert Rodríguez y titulado Grindhouse buscaba alimentarse de ese cine de Serie B que tanto marcaba al director. Desgraciadamente, la cosa no salía como esperaba.
“Sí, seguro que es la peor película de mi carrera, pero tampoco estuvo tan mal. He de decir también que si es lo peor que hice, podemos decir que estoy bien en términos generales”, afirmaba Quentin Tarantino. Y lo cierto es que no le podemos quitar razón, ya que lo peor en la carrera de un director como él, es mejor que lo mejor que haría cualquier otro. Seamos honestos: El Especialista Mike de Kurt Russell nos encanta.