Mil veces la veremos y mil veces nos parecerá todavía mejor que la anterior. Pocas mezclas de drama y comedia nos han emocionado tanto como El Apartamento. No vamos a ocultar que pensamos como Fernando Trueba y solo rendimos culto a Billy Wilder. El maestro en la deconstrucción más audaz del hombre firmaba, en 1960, protagonizada por Jack Lemmon y Shirley MacLaine, dos actores en estado de gracia. ¿El resultado? Una de las mejores películas de la era dorada de Hollywood.
La trama gira en torno a un solitario empleado de seguros, C.C. Baxter (interpretado por Jack Lemmon), quien presta su apartamento a sus jefes para sus aventuras extramaritales a cambio de promociones en el trabajo. Las cosas se complican cuando Baxter se enamora de una de las amantes de su jefe (interpretada por Shirley MacLaine) y se da cuenta de que su vida personal y profesional están fuera de control.
El Apartamento es tan inteligente inteligente, que nos atropella. Cada línea de diálogo es oro. La química entre los personajes principales es fantástica, y la dirección de Wilder es hábil y sutil en la forma en que maneja temas realmente complejos. Transitando entre claros y oscuros, el maestro.
La industria solo pudo rendirse ante la evidencia. El Apartamento fue galardonada con cinco premios Oscar, incluyendo Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guión Original. Sin premio se quedó Jack Lemmon a pesar que su interpretación de Baxter es tan tierna y arrolladora que nos emociona irremediablemente. Nadie escurría espaguetis como él. Y es que El Apartamento es una obra maestra del cine que combina humor, drama y romance con la cocina de un Billy Wilder que se marcaba una película atemporal.