Por alguna razón, a Disney le suelen salir todos los planes bien, salva cuando apuesta por cintas originales de acción real. Jungle Cruise había generado muchísimas dudas. A pesar de que las valoraciones de la película eran positivas, la experiencia inmediata de las producciones propias de Disney no invitaba al optimismo. John Carter, El Llanero Solitario, Tomorrowland, Un pliegue en el tiempo… Todas ellas producciones realmente caras y que terminaban pegándosela. Una lista de descalabros a la que se sumaba, hace un par de años, la cinta de Emily Blunt y Dwayne Johnson.
El presupuesto final del rodaje de Jungle Cruise se disparaba hasta hasta los 200 millones de dólares. Una cantidad más que importante a la que habría que sumar otros casi 100 en distribución y publicidad. De esta forma, cualquier cifra por debajo de los 300 millones de dólares supondría un enorme varapalo para las arcas de la compañía del ratón. ¿Y dónde quedaba? Pues en 211 millones, a los que habría que sumar alrededor de 30 por lo logrado en Disney+.
Puede que fuese una mala idea lanzarla a mediados del verano de 2021, cuando la gente todavía era demasiado reticente a ir a las salas de cine a consecuencia de la pandemia mundial de coronavirus. Seguro que el estreno simultáneo en Disney + tampoco fue demasiado beneficioso. Sin embargo, incluso teniendo en cuenta ambos factores, la realidad es que Jungle Cruise resultaba desastrosa. En Disney han decidido darle luz verde una secuela confiados en que fue la coyuntura la culpable de todo y así tratar de compensar parte de las perdidas de esta primera película. Una maniobra arriesgada y que podría salirles muy cara.
Yo la vi en cine y si esta buena, divertida y le gusto a mis sobrinas….