La historia del cine está repleta de personajes míticos interpretados por grandes actores, pero raro es el caso en el que la primera opción del director o de la productora acaba finalmente dando vida al personaje. Ese es el caso de nuestro queridísimo Hugh Jackman. Allá por el año 2000, el rostro del actor australiano era desconocido para el gran público. El actor llevaba años dedicándose al cine, pero ya había cumplido los treinta y su carrera seguía sin despegar, pero todo cambiaría gracias a su ingreso en la patrulla X de manos de Bryan Singer. X-Men se convertía en todo un éxito y su Lobezno en el auténtico protagonista de la cinta. Sería este el inicio de una sensacional carrera en la que Singer tuvo mucho que ver, pero también la suerte y la complicidad de otra gran estrella.
Bryan Singer tenía muy claro el nombre de su elegido para dar vida al mítico Lobezno, y este no era otro que el gran Russell Crowe. El actor australiano no terminaba de verse con garras de adamantium, pero en sus conversaciones con el director propuso el nombre de su compatriota Hugh Jackman como la mejor opción para conseguir un gran lobezno cinematográfico.
El propio Jackman nunca ha ocultado este hecho ni su su agradecimiento al bueno de Russell. De hecho, la situación se repetiría cuando Baz Luhrmann contactaba con Crowe para protagonizar “Australia” junto a Nicole Kidman. Nuevamente el actor rechazaba el papel y recomendaba a Jackman para el mismo. De este modo, Lobezno y nosotros mismos deberíamos le debemos al genial Russell Crowe el descubrimiento de nuestro queridísimo Hugh Jackman.