Una mala decisión y el final de todo. Hay veces que la industria del cine y el público tienen reacciones de lo más extrañas. Algo que sufrió en sus propias carnes Chloë Sevigny, una actriz llamada a convertirse en una de las grandes estrellas de la industria, pero cuya meteórica carrera frenaba en seco por un controvertido papel.
Era el año 1999 y ella, la chica de moda. De hecho, su nominación al Oscar por Boy´s Don´t Cry parecía ser la primera de muchas. Así, con una agenda cargada de proyectos, la actriz llevaba su imagen de poco convencional hasta el extremo. The Brown Bunny, una cinta estrenada en 2004 y dirigida por el extravagante Vincent Gallo tenía la culpa de que todo se fuese al garete.
Bud Clay (Vincent Gallo) se dedica a correr en motocicleta y emprende un viaje de cinco días hasta California, donde tiene la siguiente carrera. Cada día, a Bud le asaltan los recuerdos de la última vez que vio a la mujer de su vida. Él desea que esos recuerdos desaparezcan, por lo que durante el viaje tiene encuentros con diversas mujeres. Busca un nuevo amor que le haga olvidar a Daisy (Chloë Sevigny). Pero Bud no puede sustituirla, a pesar de que cada día lo intenta.
¿Cuál era el problema de The Brown Bunny? Pues que, en una escena en concreto, Chloë Sevigny le practicaba una felación totalmente explícita a Vincent Gallo. Más cercano al porno que al realismo, Cannes se escandalizaba con una película que marcaría un antes y un después en la carrera de la actriz. Los papeles importantes empezaban a brillar por su ausencia y, pese a que ahora ha encontrado un hueco en el cine independiente y con pequeños papeles, lo cierto es que la carrera como estrella de cine terminaba para la intérprete.
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