Es uno de esos momentos del año en los que las plataformas toman decisiones importantes sobre el futuro de sus grandes proyectos. A las puertas del verano, es pertinente hacer balance de la primera mitad del año, apostando por dar continuidad a unas series y cargándose otras.
Son tiempos particularmente difíciles para la supervivencia en la pequeña pantalla. La enorme cantidad de propuestas es inversamente proporcional a la paciencia que se tiene con ellas. Por eso los fans de Sombra y hueso son un mar de preocupación ante la sensación de que Netflix está a punto de darle pasaporte a su serie favorita.
Después del lanzamiento de la segunda temporada, la ambiciosa fantasía sigue sin volar demasiado alto. Así los más fieles de Sombra y hueso han comenzado una campaña llena de iniciativas para evitar su cancelación, incluyendo la organización de visionados en grupo y la reproducción de la serie sin verla en repetidas ocasiones buscando salvarla de su cancelación. Un esfuerzo titánico por engañar al algoritmo y que pretende salvar de la quema a una serie tremendamente cara, pero que no ha lucido como todos esperábamos. Mal pinta el asunto.